Tomado de mi libro de poemas "Añoranzas"
Catleya Ardiente
I
Desterrando la tristeza,
Un jardín tan placentero,
Se cuidaba con esmero
Y especial delicadeza.
Y mostrando su belleza,
Voluptuosa propietaria,
Sin vestido, solitaria,
Campo abierto se bañaba;
Y un mancebo la miraba…
…Bella flor de trinitaria.
II
Por su mente cruza un ave
Que le advierte con razón,
Y al intruso el corazón
En el pecho no le cabe.
Y pensando. ¡Dios, Quién sabe!
Al sentirla tan cerquita,
Tan sensual, tan infinita,
Mientras ella se bañaba,
El mancebo la observaba…
…Bella flor de margarita.
III
Y temblaba el corazón,
Y con fuerza les latía,
Y entre pompas sonreía
Ocultando la emoción.
Y, entre duda y decisión,
Ofreciendo piel morena,
Fue perdiéndose la pena
Mientras ella se bañaba.
Y el mancebo se embobaba…
…Con la flor de la cayena.
IV
De ese mundo tan pequeño
De hermosura sin igual,
Quiso el hombre como tal
Al instante ser el dueño.
Y poniendo tal empeño,
Que al dejarle viva huella,
Se cruzaron mil centellas,
Mientras ella se bañaba.
Y el mancebo se extasiaba…
…Con la flor de la catleya.
V
…Y florece la violeta,
El cortejo, el tulipán,
Las orquídeas siempre están
Cual las rosas, muy coquetas…
…Mas recuerda queda y quieta,
Entre aromas de jazmín,
Que el mancebo pudo al fin,
Mientras ella se bañaba,
Cuando en flor se enamoraba
Adueñarse del jardín.
Fermín Molina Vargas
Derechos Resaervados
Juan de Acosta, martes 16 de abril de 1996.
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