Fermín Molina Vargas

¿Me preguntas a qué me dedico?

- En verdad de verdad… yo me dedico a ser quien soy, sin saber qué debo hacer para ser quien debo ser en un futuro; siendo que soy, sin saber quién soy ni lo que debo hacer para ser lo que quiero ser cuando ya sea lo que no soy; y , cuando sea lo que no sé si sea, quizá quiera ser lo que ahora soy: ¡Pensando ser lo que quiero ser, sin saber lo que soy!

Fermín Molina Vargas

martes, 14 de junio de 2011

Pompas Nupciales


De mi libro de poemas "Añoranzas"

Pompas Nupciales

1

En un pueblo muy cercano.
En un pueblo sin olvidos,
Las costumbres se han perdido
Entre brisas de verano.

Con testigo y con su hermano,
Don Fernando, el consentido,
A su suegro le ha pedido,
De Raquel, su franca mano.

Pero un chisme cual tirano,
Por las calles se ha corrido
Y la fecha se ha escogido
Porque el noble y buen anciano,
Al galante, de antemano,
Con firmeza lo ha exigido.

2

Ya la boda se ha fijado
Y se afianzan los amores;
Ya se acaban los temores
Y la casa se ha pintado.

Y tres listas se han llenado
Con cuidado en borradores
¡Que se invite a los señores
Que en el pueblo se han notado!

Al rector, al abogado,
Militares, profesores,
Los notarios y doctores,
Y, ante todo, al magistrado
Que la niña se ha ganado
El futuro con honores.

3

(Observando su ropero
Y pensando entusiasmado:
- A la boda, bien parado,
Marcharé sin desespero.

Tengo ropa, tengo entero,
Tengo cofre, buen calzado,
Tengo fama, buen peinado,
Tengo sueldo y buen dinero.

Como quiero ser primero
En la lista de invitados,
A los santos he rogado.
A mi santo parrandero! –
Y sonriendo placentero
Suspiraba ilusionado)

4

(Hoy que el alma está repleta
Por la crítica casera
Y reparten por doquiera
De la boda la tarjeta,

Como pierdas la chaveta
Porque olvidan tu carrera
Tu finura, tu madera,
Tu solvencia, tu chaqueta,

Presto entrego la receta:
Si la fiesta es de primera,
Sin dinero en la cartera,
Se le invita de etiqueta
Cuando el hombre se respeta,
Se le estima y considera.

5

(Es del trópico el calor,
De los Andes los nevados
Y es del hombre relegado
La tristeza y el dolor.

Le produce un escozor,
El sentirse marginado
Y en su queja está plasmado
El rechazo y el rencor.

Y al ilustre redactor
O a quien llene el gran listado
De padrinos e invitados:
Que no vaya ¡Por favor!
A la casa del señor
Con su excusa y su pecado.)

6

Sacrifican un lechón,
Cinco pavos, diez gallinas,
Y se cuece en la cocina
Blanda carne de capón.

Y trabajan con tesón
La mulata Pascualina
Y la experta Catalina
En adobo y en sazón.

Y, entre tanta confusión,
Se recibe a la vecina,
La comadre, la madrina,
Con regalos de ocasión;
Y, buscando información,
Mil curiosos en la esquina.

7

Doña Berta Carvajal
Con su hijo Don Fernando,
En la iglesia está esperando,
Sin chalina ni misal.

Y, hacia el templo parroquial,
Un buen padre meditando
De la mano va llevando
Bella ninfa de cristal.

Y con paso señorial
El cortejo va marchando,
Poco a poco va pasando,
Y de aromas que al final,
En la calle principal,
Una estela va dejando.

8

En el grupo va Zapata,
Va Don Carlos, Don Martín
Va Don Pedro, Don Joaquín
Y, a su diestra, Doña Cata.

Va un vecino sin corbata,
Va Demetrio, Valentín,
Va contento Don Fermín,
Degustando en forma grata

La costumbre tan innata.
Todos llevan corbatín,
Van sonrientes. ¡Pero en fin!
El conjunto es flor y nata,
Es la pulpa y es la plata.
¡Son padrinos de Postín!

9

Van soplando suaves vientos
Donde impera la oración
Y el autor de la creación
Nos mitiga el sufrimiento.

Feligreses hay por cientos,
Con muy poca devoción,
Quienes prestan atención
Al suceso del momento.

E inspirado. ¡Gran portento!
Santo coro en su misión
Va entonando una canción
Que transporta el pensamiento
Y nos llena de contento.
¡Dios nos dé la bendición!

10

Soportando el gran calor
Que en el pueblo se ha sentido,
Los oficios han seguido
Con respeto y con fervor.

Y mostrando gran humor,
Porque siempre lo ha tenido,
- Ya los novios se han unido-
Nos comenta Salvador.

- Nos marchamos. ¡Por favor!
Vamos todos, los convido,
Ya que el acto se ha cumplido,
Porque el cura con amor,
En el nombre del Señor,
Bendiciones ha impartido. –

11

Y del templo, en la salida,
Con orgullo y elegancia,
No recuerda la constancia
Que mantuvo complacida.

Pero nunca se le olvida
De su esposo la importancia
Y lo quiere con las ansias
Como piensa ser querida.

Y, en la casa, recibida
Con arroz y con fragancias;
Porque ruede la abundancia
Y les sobre la comida.
¡Porque vivan larga vida
Con altura y con prestancia.

12

Pero el vals, cual un sedante,
Bien marcado, con cadencias,
Con sonrisas de inocencia,
Van bailando dos amantes.

Familiares expectantes
Con postura y con decencia
Disimulan la impaciencia
Por bailar con los danzantes.

Con parientes importantes,
Por costumbre o referencias,
Va danzando con la anuencia,
De un esposo relevante,
La doncella deslumbrante
Con agrado y complacencia.

13

Y le admiran su belleza
Y sus ojos color miel,
Lo chapeado de su piel
Cual la concha de cereza.

Y, entre halagos y promesas,
La bellísima Raquel,
Recordando el beso aquel
Que le diera de sorpresa,

Se ha propuesto por nobleza,
Sin reserva y sin tropel,
A su esposo serle fiel,
Porque tiene la certeza
Que, aunque viva en la pobreza,
Le amará por siempre a él.

14

Con motivos verdaderos
Y manteles bien bordados,
Con ramitos adornados,
Veinte mesas con floreros.

Como todo un caballero,
En su puesto rellenado,
De la copa se ha tomado
Fino trago sin gotero.

- Pero, escuche compañero,
¡Oiga, mire! ¿No ha observado
Que padrinos e invitados,
Que los pajes y meseros,
Y hasta el hombre del ropero
Llevan trajes alquilados?

15

A bailar con gran placer
Con la música de Olarte.
Y la orden que se imparte:
Que se coma por doquier.

¡Y que empiecen a beber,
Muy buen trago se reparte.
Y el pudín que aquí se parte
Se lo tienen que comer!

- Y este fresco anochecer,
Por si quieres prepararte,
Un consejo puedo darte:
Buen dinero has de tener,
Buen salario y gran mujer
Cuando vayas a casarte.

16

Se divierten sin barreras,
Sin control y sin templanza
Y se brinda la confianza
Para todos verdadera.

Van vaciando la nevera
Que ha llenado la bonanza,
Y las damas cual la usanza
Se repliegan en la acera.

Y de espaldas a la espera,
Raquel del pasado lanza
Pulcro ramo de esperanzas
De ilusión y de quimera,
A un puñado de solteras
Que se mueren de añoranzas.

17

Y esa noche de amatista,
De perfume y de brocado,
Se recuerda con agrado
Al patrono Juan Bautista.

Mas la novia viva y lista
De sus muslos ha mostrado
El objeto más buscado
Con malicia por la vista.

Y Fernando, cual artista,
Con los dientes lo ha quitado;
Y, entre aplausos, ha lanzado
En la liga la conquista,
A mancebos deportistas
Porque sueñan ser casados.

18

Sin mostrase vanidoso,
Se ha portado complaciente,
El amigo Don Vicente,
Don Vicente Caparroso.

Y su yerno, tan virtuoso,
Tan amable, tan decente;
Y, además de inteligente,
Muy locuaz y respetuoso.

Pero el suegro tembloroso,
Mientras toma su aguardiente
Va pensando vagamente
Que el amante y buen esposo
Con el tiempo presuroso
Le produzca descendientes.

19

Y nervioso Don Andrés,
Y su nuera mal parada,
Esquivando la mirada
De chismosos da traspiés.

Y llorando Doña Inés,
A su hija bien casada,
Le despide preocupada:
- ¡Bendiciones. Vaya, pues!

Que se marchen de una vez
A su luna tan deseada.-
Y la novia emocionada
Por su viaje a San Andrés.
¡Que lo haga como es
Y retorne embarazada!

20

“Calabaza, calabaza”;
Se recuerda el buen refrán.
Otras bodas volverán;
“Cada uno pa’ su casa”.

Y en mi tierra todo pasa,
Ya los días volarán,
La barriga notarán
Y esa el pueblo la rechaza.

Y comentan por la plaza
Que los meses pasarán
Y al retoño cantarán
En la sala o la terraza,
Porque el novio ya embaraza:
“Los maderos de San Juan”

FERMÍN MOLINA VARGAS
Derechos Reservados

Juan de Acosta, 18 de Octubre de 1995.

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