Cabizbajo y sumido en
su pensamiento,
En la playa, un levita sin pectoral,
Prometiéndose sacra vida formal
Que sin violar el noveno
mandamiento
Iba solitario con su paso
lento;
Y, en las olas, una
ninfa escultural
Ofreciéndole amor y acceso
carnal,
Sonriente, lo llamó para darle aliento
Él, olvidando pecado y
castidad:
Promesa, juramento y
eternidad
Con un deseo ardiente a la hetaira miró.
Y al tener a la vista el campo servido
Libre de ataduras se quitó
el vestido
Y ausente de Dios, en el mar se tiró
FERMÍN MOLINA VARGAS
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